Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es impuro en sí mismo; pero para el que piensa que algo es impuro, para él lo es. 15 Pero si por causa de la comida tu hermano es entristecido, ya no andas conforme al amor. No hagas que por causa de tu comida se pierda aquel por quien Cristo murió. 16 No deis, pues, lugar a que se hable mal de vuestro bien, 17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. 18 El que de esta manera sirve a Cristo, agrada a Dios y es aprobado por los hombres.
19 Por lo tanto, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación. 20 No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero lo malo es comer algo que haga tropezar a otros. 21 Mejor es no comer carne ni beber vino ni hacer nada que ofenda, debilite o haga tropezar a tu hermano. 22 ¿Tienes tú fe? Tenla para ti mismo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.23 Pero el que duda sobre lo que come, se condena a sí mismo, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.
Romanos 14:14-23
El maestro bíblico Harry Ironside (1876-1951), anotó la siguiente historia en su libro “Ilustraciones de la verdad bíblica”. Un hombre que se estaba preparando para asistir a un banquete, quería ponerse una camisa blanca que había usado en una ocasión anterior, por lo que la inspeccionó detenidamente para ver si estaba demasiado sucia. Su esposa notó lo que él estaba haciendo y le dijo: “Recuerda cariño: Si tienes dudas no lo hagas”. Se resolvió el asunto. El hombre tiró la camisa en la ropa sucia.
El consejo que esta esposa le da a su esposo, concuerda perfectamente con el principio bíblico que leímos en nuestra lectura devocional, cuando tenemos dudas en cuanto a asuntos de conciencia cuestionable: “Si tienes dudas no lo hagas”.
El tener dudas sobre algo que hacemos o decimos es una buena advertencia para detenernos a pensar. En el capítulo 14 del libro de Romanos, las dudas tenían que ver con la ingesta de comidas y bebidas que habían sido usadas en fiestas paganas, ya que para algunos era malo mientras que para otros no (Romanos 14:14,21). El apóstol Pablo indica que si tenemos dudas con respecto a algo y a pesar de eso lo hacemos, nuestra acción no proviene de la fe (Romanos 14:23).
Además, nos advierte que es incorrecto hacer algo sabiendo que otras personas se darán cuenta, y estando conscientes de que esta acción les incomoda (Romanos 14:21). La lección en este caso es que no debemos ser tropiezo para otros creyentes.
- Cuando te enfrentes a situaciones en las cuales dudes de tus acciones, debes recordar el consejo: “Si tienes dudas no lo hagas”; la Palabra de Dios también lo expone de la siguiente manera: “Todo me es lícito, pero no todo conviene. Todo me es lícito, pero no todo edifica” (1 Corintios 10:23).
- Si aún tienes dudas, recuerda las palabras del Señor: “…Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39), eso te ahorrará muchos problemas..
«Todo me es lícito, pero no todo conviene. Todo me es lícito, pero no todo edifica» (1 Corintios 10:23).
Mi devocional