“Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta.” Santiago 5:9
¿Cuáles son las consecuencias de mi queja contra mi hermano?
Es un elemento negativo en todos los sentidos. Es como una nube negra que se coloca encima de la persona a la cual dirigimos nuestra queja, la señala para eclipsarla. Esconde sus cualidades y resalta sus debilidades, le hace sombra y le impide resplandecer. Es como un freno en la vida de tu prójimo, le crea mala reputación, como si entorpecieras su andar. Por lo tanto, no otorga vida sino la destruye, y no solamente destruye la vida del otro sino también tu propia vida ya que vimos que la queja nace del pecado, quejarse contra el otro es pronunciar maldición sobre él.
Cuando murmuramos (la versión RVA traduce “no murmuréis unos contra otros”) vemos afectada nuestra relación con Dios y por supuesto con nuestro hermano, es un arma de destrucción de relaciones interpersonales.
Como vemos las consecuencias son importantes para todos, y ante cualquier queja que está lista por salir de nuestra boca, recordemos que lo que estamos haciendo a nuestro hermano se lo estamos haciendo al Señor (Ex. 16:8, fíjate bien en la parte final: “vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová”, también puedes leer del v. 1 al 8). Fijémonos cuando Jesús habla sobre el juicio final (Mt. 25:31-45) y nos recuerda que lo que hacemos a nuestros semejantes es como si se lo hiciéramos a él, esto nos tiene que llevar a una seria reflexión sobre nuestros juicios hacia nuestros hermanos.
Además, no tenemos que obviar, y sí considerar seriamente para nuestra vida, la segunda parte del versículo de esta semana “para que no seáis condenados; he aquí el juez está delante de la puerta.” Lucas 6: 38 dice “…porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”. El mismo Jesús en el Sermón del Monte nos insta a no juzgar para no ser juzgados, porque con el mismo juicio con que juzgamos seremos juzgados (Mt. 7:1,2). También Santiago nos dice “porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia…” (Stg. 2:13).
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