“El padre entonces entendió que era aquella hora cuando Jesús le había dicho: “Tu hijo vive.” Y creyó él con toda su casa” Juan 4:53
Lee Juan 4:46-54
Cuando leemos esta historia quizá pensemos que el protagonista de la historia es el hijo enfermo. Viene a Jesús este alto oficial de la corte, para rogarle que fuera con él y sanase a su hijo que estaba a punto de morir.
Cuántas veces hemos escuchado decir que Jesús es un asunto de los pobres que no tienen otra cosa a que aferrarse, pero los honores y los títulos no son garantía para la enfermedad y la muerte. Este hombre descubre la debilidad de su fe, en el poder de Cristo.
Cuesta convencernos de que la distancia de tiempo y de lugar no obstaculiza la misericordia ni el poder de Nuestro Señor. Este padre que suplica por su hijo enfermo es el verdadero protagonista aquí. Jesús hace el milagro de la restauración espiritual en este alto oficial. Porque Jesús no solo sana al hijo desde la distancia con una palabra, sino que sana el corazón roto de este padre, que creyó en sus palabras.
Su hijo sanó, y junto con esto, él y toda su casa alcanzaron algo mucho más valioso, la salvación, que nos libera para siempre del yugo del pecado y de la muerte.
¿Cómo está tu corazón? ¿Cómo está tu familia? Hoy Jesús quiere traer restauración espiritual a tu vida y a tu familia.
Elvira Jardines