Lectura: 2 Crónicas 16:1-10
Aunque Dios desea revelarnos Su poder, raras veces le damos la oportunidad.
Somos como aquel contador a quién su jefe le pidió que falsificase unos documentos de la compañía. Por temor a perder su empleo decidió acatar las órdenes del jefe, a pesar de que como creyente en Cristo sabía que estaba mintiendo y violando la ley. Lo que le sucedió fue peor que perder el empleo: terminó en la cárcel. Perdió la oportunidad de confiar en Dios y permitirle mostrar Su poder.
Me temo que nosotros no somos muy diferentes. Somos como el rey Asa, un rey bueno que locamente decidió hacer alianza con Ben-adad en vez de confiar en Dios. Asa tenía motivos para preocuparse: Judá estaba en guerra con Israel. Pero el profeta Jananí le dijo a Asa: “Por cuanto te has apoyado en el ejército del rey de Siria y no te apoyaste en el Señor tu Dios, por eso el ejercito del rey de Siria ha escapado de sus manos” (2 Cron.16:7). El resultado de todo fue que en el reinado de Asa hubo guerra todo el tiempo (1 Rey.15:16).
Dios sigue mostrando Su poder a aquellos que permanecen fieles a Él. Siempre que confiemos en un jefe deshonesto, en una ingeniosa treta o una sarta de mentiras de seguro tendremos problemas. Pero si somos fieles a Dios cuando nos encontramos en circunstancias adversas, le damos la oportunidad de mostrar Su poder o de descubrir las soluciones que Dios nos muestra para salir de nuestros problemas.
- Nuestros problemas pueden ser oportunidades para descubrir las soluciones de Dios.
- Cuando te veas tentado por las circunstancias, recuerda las consecuencias que vas tener tarde o temprano si cedes a ellas. Siempre piénsalo mejor, ora y espera la guía del Señor.
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