Señor, tú nos has sido refugiode generación en generación.2Antes que nacieran los montesy formaras la tierra y el mundo,desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.3Vuelves a convertir en polvo al hombrey dices: «¡Convertíos, hijos de los hombres!»4Ciertamente mil años delante de tus ojosson como el día de ayer, que pasó,y como una de las vigilias de la noche.5Los arrebatas como con torrente de aguas; son como un sueño.Como la hierba que crece en la mañana:6en la mañana florece y crece;a la tarde es cortada y se seca.7Ciertamente con tu furor somos consumidosy con tu ira somos turbados.8Pusiste nuestras maldades delante de ti,nuestros yerros a la luz de tu rostro.9Ciertamente todos nuestros días declinan a causa de tu ira; acabamos nuestros años como un pensamiento.10Los días de nuestra edad son setenta años.Si en los más robustos son ochenta años,con todo, su fortaleza es molestia y trabajo,porque pronto pasan y volamos.11¿Quién conoce el poder de tu ira,y tu indignación según el temor que te es debido?12Enséñanos de tal modo a contar nuestros díasque traigamos al corazón sabiduría.13¡Vuélvete, Jehová! ¿Hasta cuándo?¡Ten compasión de tus siervos!14De mañana sácianos de tu misericordia,y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días.15Alégranos conforme a los días que nos afligistey los años en que vimos el mal.16Aparezca en tus siervos tu obray tu gloria sobre sus hijos.17Sea la luz de Jehová, nuestro Dios, sobre nosotros.La obra de nuestras manos confirma sobre nosotros;sí, la obra de nuestras manos confirma.
Los avances médicos han elevado mucho la expectativa de vida de los seres humanos; en la edad media la expectativa era tan sólo de 30 años, pero algunos estudios dicen que para finales del siglo XXI, se espera que la mayoría supere los 100 años. Gracias a los avances genéticos, es posible que varíe por tan solo algunos años con respecto a la expectativa de vida descrita en el Salmo 90:10a: “Los días de nuestra vida son setenta años; y en los más robustos, ochenta años…” Lo que no cambiará nunca es lo que dice al final de este versículo: “…La mayor parte de ellos es duro trabajo y vanidad; pronto pasan, y volamos” (Salmos 90:10b).
Moisés fue el autor de este hermoso salmo, y en él compara poéticamente nuestra breve existencia con la hierba que florece en la mañana, es cortada y se marchita por la noche (Salmos 90:5-6). A pesar de que Moisés vivió una vida moderadamente más larga que la mayoría, 120 años según Deuteronomio 34:7, nunca dejó que eso le nublara su fe en Dios, es por ello que escribió: “Enséñanos a contar nuestros días de tal manera que traigamos al corazón sabiduría” (Salmos 90:12).
Podemos calcular la cantidad de días que hemos vivido, el número puede ser grande o pequeño, pero lo que debemos tener presente es que todos formamos parte de una escena que pasa rápidamente, lo cual no debe entristecernos ni desalentarnos, por el contrario, debe llenarnos de agradecimiento por cada día que nos ha regalado el Señor.
- Moisés sabía muy bien que Dios era su refugio (Salmos 90:1). Esa es la manera en la cual debemos enfrentar cada día, entendiendo que nuestro paso por esta tierra es temporal, en comparación con la eternidad que nos espera al lado de Dios si en verdad hemos puesto nuestra confianza en Él como nuestro Salvador y Señor.
- Una vida sin Dios es una vida sin rumbo ni esperanza.
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