“He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados”. (1 Corintios 15:51–52)
El abrir y cerrar de ojos es una fracción de segundo. Se ha especulado mucho sobre si nuestra resurrección se produce en el momento que morimos, en el rapto final (cuando Jesús regrese), antes del rapto…
No podemos asegurar cuando sucederá, con total certeza, cuál de estas teorías es la correcta. Lo que si podemos asegurar es lo que la Palabra afirma “todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos” si para nuestra consciencia es “un abrir y cerrar de ojos” ¿Qué importancia tiene el tiempo transcurrido en este mundo?
La eternidad lo es porque desaparece el tiempo y el espacio, no existe el llanto ni el dolor. Eso lo podemos dar como cierto
“Tampoco, queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual, os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”. (1 Tesalonicenses 4:13–18)
No tiene ninguna importancia devanarnos los sesos para saber cuándo regresará el Señor. Porque Jesús lo dejo claro:
“Nadie sabe el día ni la hora en que yo vendré; no lo saben ni siquiera los ángeles del cielo. Es más, tampoco yo lo sé. Sólo Dios, mi Padre, lo sabe”. Mateo 24.36 (TLA)
Puede suceder dentro de 10.000.000.000 años, pero carece de importancia porque en el momento que yo sea llamado a Su presencia, para mí, sucederá, independientemente de que en ese mundo siga todo igual. El problema es que, centrarnos en estas disquisiciones, puede apartarnos de lo importante
Es importante vivir listos para encontrarnos con Jesús en cualquier momento. ¡Vive listo!, pude ocurrir en cualquier momento.
“Debéis estar atentos y preparados, porque yo, el Hijo del hombre, llegaré cuando menos lo esperéis”. Mateo 24.44 (TLA)
Antonio Calero