Respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios. Mateo 22.29
Los fariseos y los saduceos estaban en constante debate y desacuerdo entre sí. Por ejemplo, los fariseos habían desarrollado una elaborada teología sobre la vida en el más allá, pero los saduceos la rechazaban, y enseñaban en cambio que el alma y el cuerpo mueren a la vez. Lo más importante era la diferente actitud que tenían hacia las Escrituras, y Jesús criticaba ambas posiciones. Los fariseos añadían a las Escrituras (sus tradiciones); los saduceos le sustraían a las Escrituras (su elemento sobrenatural).
Durante la Semana Santa los saduceos se acercaron a Jesús con una respuesta tramposa basada en la ley del levirato sobre el matrimonio. Esta norma establecía que, si un hombre moría sin hijos, su hermano debía casarse con la viuda. ‘Pues bien’, dijeron los saduceos, ‘había una vez siete hermanos. Todos ellos murieron sin dejar hijos hasta que finalmente la mujer también murió. ¿De quién será ella esposa en la vida del más allá, ya que los siete se habían casado con ella?’ (paráfrasis del autor). Uno puede ver el gesto de sonrisa en el rostro de los saduceos. Se sentían atrevidamente sagaces y hábiles para poner en ridículo la creencia en la vida después de la muerte.
Jesús comenzó y terminó su respuesta con una clara afirmación de que los saduceos estaban equivocados, de hecho, ‘muy equivocados’ (Marcos 12.27). Además, su error se debía a su ignorancia. No conocían las Escrituras ni el poder de Dios.
Para dar un ejemplo de la ignorancia que los saduceos tenían de las Escrituras, los remitió al suceso de la zarza ardiente y preguntó qué estaba implícito en el hecho de que Dios se anunciara a sí mismo como Dios de Abraham, de Isaac, y de Jacob. Él había establecido con los patriarcas un singular pacto de amor. ¿Pensaban realmente los saduceos que esa relación de pacto se rompería por la muerte? Hasta el día de hoy muchos errores en la Iglesia se deben a su ignorancia o falta de respeto hacia las Escrituras.
La causa esencial del error de los saduceos, sin embargo, era otro tipo de ignorancia. Daban por sentado que, si había vida después de la muerte, sería del mismo tipo de vida que conocemos aquí. No parece habérseles ocurrido que Dios podía crear otro orden en el cual el matrimonio estuviera abolido. Ignoraban el poder de Dios.
Para continuar leyendo: Marcos 12.18–27