Jesús, nombre sobre todo nombre
“Y la esperanza no acarrea vergüenza, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones” (Romanos 5.5)
La esperanza es una característica del hombre. Pertenece a su propia naturaleza. “Mientras hay vida, hay esperanza”, escribieron los poetas romanos. Hoy en día, estudios neurocientíficos y de la psicología positiva nos dicen que la gente optimista suele tener esperanza en dosis más altas de la media. Puedes leer un montón de libros de auto ayuda sobre la importancia de tener esperanza y diversas formas de cultivarla.
Zacarías, un sacerdote de Judea, y su mujer Elisabet vivían vidas justas delante de Dios y seguían todos sus mandamientos. La pareja vivía bajo el imperio Romano; sus vidas personales estaban vacías, porque nunca tuvieron un hijo y ahora los dos eran de edad avanzada. Pero su esperanza no estaba basada en un sentimiento de “las cosas van a mejorar”, sino en la persona de Dios. Y su esperanza fue cumplida cuando el ángel Gabriel visitó a Zacarías para anunciarle las buenas nuevas de que su mujer Elisabet le daría a luz un hijo.
Seis meses más tarde Gabriel se fue a dar una noticia completamente inesperada a una jovencita que se llamaba María. . Dijo,” ¡No temas, María! Porque has hallado gracia ante Dios. He aquí concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y llamarás su nombre Jesús. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David. Reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y de su reino no habrá fin.”(Lucas `1.30-31)
Unos días después María se fue deprisa a visitar a su pariente Elisabet. Las dos mujeres embarazadas se alegraron juntas en el milagro de la esperanza cumplida.
María en su canción reconoció que Dios era su Salvador, el Poderoso que hizo grandes cosas con ella. Cantó de las proezas de Dios quitando a los poderosos de sus tronos y levantando a los humildes en su lugar. Recordó las promesas de Dios a sus antepasados y su misericordia por ellos para siempre.
En tiempos difíciles, cuando no podemos ver la luz al final del túnel de oscuridad, ¿A dónde?, o ¿a quién voy para encontrar la esperanza tan necesaria? Los ejemplos de estas personas humildes nos animan a tener la esperanza concreta, de que el Dios eterno sigue trabajando, respondiendo a los humildes de corazón, dispuestos a buscarlo. El bebé Jesús de quien María cantó, vivió, murió y resucitó para darnos esperanza eterna.
Bonnie Cook