25 días con un mismo Espíritu

«Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.»

Lucas 2:19

Si alguien se quedaba en casa sí o sí era la mujer. María la madre de Jesús, estaba ahí en casa cada minuto, hora, día, semana, año y siempre. Estuvo hasta los pies de la cruz y en el Aposento Alto (Hechos 1:14)  con los discípulos del Maestro. Nunca abandonó a su familia física y espiritual.

María como madre organizó el hogar, las tareas domésticas que la mayoría recaían sobre las mujeres. Además enseñó a sus hijos sobre la ley, les educó como buena hebrea y estuvo al lado de Jesús no como convidada de piedra sino como pieza activa y fundamental de lo que iba a suceder en Él. Recordaba cada día como el ángel se le apareció y le dio la noticia de su embarazo, como su novio no la repudió y estuvo fiel a su lado en tiempos de dificultad .

María, se quedó en casa y meditaba todas las cosas, porque siempre lo hizo así, por eso fue llamada “Bienaventurada” es decir muy feliz por conocer el amor de Dios y vivirlo de forma intensa y personal.  Y ese espíritu lo transmitió a su familia a los suyos en cada gesto . No puedo pensar que María fuese áspera o negligente, mandona o chillona, utilizara la violencia de las miradas , palabras o hechos. Al contrario José y María crearon una familia de respeto mutuo , de apoyo y potenciando los valores aun dentro de una cultura donde el varón prevalecía.

Recordemos que María fue muy avanzada en su tiempo, asistió a las bodas de Canaán y tomó protagonismo , cuando las mujeres por lo general no hablaban en público y así mismo sucedió después de la ascensión de Jesús, que ella se congregó con y junto a los primeros cristianos, cuando no sucedía así en la sinagoga ni el Templo.

Hoy en este día o mañana sin dejar pasar más tiempo, se como María pro activo y aglutina, reúne, aporta se elemento de unidad en tu familia. (Seas mujer o varón este mensaje es para todos). Seguro que estos días se hacen largos y llenos de inconvenientes que al final de la jornada parece que nada valió la pena. Pero no es cierto tu vales mujer. Tu tienes un ministerio hermoso tanto si estas sola, como si vives el abandono o si vives en tristeza. Dios da valor a tu vida y no eres un número, ni un objeto propiedad de nadie, eres un ser humano digno que tiene su rol importante en el medio donde Dios te ha puesto.

Pero además hay algo fundamental que la mujer no puede olvidar y es que Dios cuenta contigo y te valora. Tal vez en tu casa te sientes infravalorada o eres maltratada por un hombre o tu familia. Pide consejo hay solución, no tengas miedo. Y si eres hombre, dejas de serlo si maltratas a la mujer. Hay un largo recorrido por hacer en los papeles y roles en el hogar, pero Dios en su plan perfecto nos hizo iguales a su imagen y semejanza.( Génesis 1: 26-27). Y todos somos familia de Dios.

Mujeres y hombres aprendemos del carácter de María, un gran ejemplo a seguir. El fundamento de las relaciones es la comunicación . Tanto en el hogar como en la iglesia. Recuerda los cinco lenguajes del amor. En ocasiones tenemos distintos niveles de comunicación que no logramos entender. Por lo tanto aprovecha esta ocasión este tiempo en casa para hacer como María, meditar todas las cosas que te pasan y una vez que las has dejado en las manos de Dios, toma decisiones de compromiso. ¿Cómo voy a servir con alegría? Seas mujer o varón, seas joven o adulto.

«Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.»

1ª Pedro 4:10

Jorge Pastor