DÍA 23: SI EL LEÓN RUGE, ¿QUIÉN NO TEMERÁ?


Jesús, nombre sobre todo nombre

¿Has sentido momentos en los que piensas que tu fe está siendo probada? ¿Has dudado acerca de Dios? ¿Estás pasando un periodo de Crisis en tu vida?. Todos pasamos por estos momentos porque es necesario que la fe y el carácter sean probados. Pero en este último tiempo he preferido pensar en la palabra Desafío en vez de necesidad.

Desafío, es una situación difícil o peligrosa que una persona afronta. Son confrontaciones y combates en los que te enfrentas a un enemigo.

Daniel era un profeta de la biblia que tuvo que experimentar distintos desafíos. El quería mantenerse firme en cuanto a su relación con Dios en medio de una cultura diferente a la suya, el Imperio Babilónico. El sobresalía en todo, y con el paso del tiempo empezó a despertar la envidia de los ciudadanos, y estos empezaron a acusarlo por su relación con Dios para que le sentenciaran a muerte en una fosa de leones.

Muchas veces cuando hemos decidido seguir a Dios de una manera sincera, o cuando hemos dado pequeños pasos de fe, hay una oposición que se leventa para romper esa relación con Dios y llevarte a la conclusión de que Él no está contigo. Quiero que pienses en esta necesidad que estás atravesando. ¿Qué está buscando tu enemigo? ¿Quiere que dejes de creer? ¿Que te vayas de la iglesia?  O que creas que Dios es el malo y estás solo.

Daniel no hizo nada raro en su desafío. El se mantuvo orando tres veces con la ventana abierta. ¿Qué decimos nosotros cuando estamos en necesidad? “¡Oh, esta prueba es muy dificil, ¿para qué voy a la iglesia? ¿para qué me uno a los grupos ADN? ¡Es que no siento ganas de orar, es un no sé qué, que no me deja orar!.” Cuando estés en una necesidad, no abandones. No te rindas. Continua estando con el Señor. En estos momentos es cuando tienes que demostrar que tu pasión por Dios es inquebrantable e inamovible.

La fe de Daniel no se escondía, y finalmente fue echado al foso de los leones. Era un foso oscuro, un lugar donde es emocionalmente difícil escuchar la voz de Dios, y sobre todo ver una esperanza. Esta es la misma situación de necesidad que tu puedes estar pasando.

Pero en Daniel 6: 19-22 vemos como el contestó a la pregunta del rey al amanecer del día siguiente cuando Dios lo salvó de los leones. “¡¿Qué si mi Dios pudo salvarme?! ¡Pero por supuesto que El pudo salvarme!” Iglesia, tu amanecer va a llegar, y cuando te pregunten: ¿Sobreviviste al cáncer, al COVID? ¿No te separaste? ¿Sobreviviste a tantos meses sin empleo? ¿Sobreviviste con todo lo que te ha pasado? Contesta: “¡Claro que sí, mi fe y el amor por Dios son inquebrantables! ¡Pero por supuesto que Dios pudo salvarme!”

No existe un lugar de necesidad en el que Dios no esté con nosostros y no nos salve. Por encima de los leones, está el León de Judá que va a salvarte. Tu foso tiene un propósito, no sólo que otros vean que sobreviviste, sino que conozcan al Dios que te salvó de allí.

Amós 3:8 “Si el león ruge, ¿quién no temerá?”                                                            

Laura Molina

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