Jesús, nombre sobre todo nombre
“He aquí que yo hago una cosa nueva; pronto surgirá…Este es el pueblo que yo he formado para mí; ellos proclamarán mi alabanza.” (Isaías 43.19 y 21)
Hace miles de años, un emperador de Japón rompió su taza preferida. Era de porcelana muy costosa, y ahora estaba en pedazos por el suelo. Un sabio del reino mandó al siervo que limpiaba, “No tires los restos de la taza. Recógelos con cuidado y tráeme todos los pedacitos pequeños.” El sabio los llevó todos a un orfebre. Con mucho cuidado, el artista reparó la taza de porcelana con una mezcla de resina y polvo de oro. Una vez reparadas las piezas, su belleza y perfección convirtieron los pedazos rotos en una verdadera obra de arte, incluso considerada más valiosa que la taza original. Así nació la forma de arte Japonés que se llama Kintsugi. Los roturas de la taza fueron convertidas en cicatrices de oro, que revelaron la historia de la pieza rescatada.
Hace dos mil años, el pueblo judío se encontró en tiempos muy difíciles. La ed
ad de oro se acabó y el pueblo fue llevado como esclavo por reinos más poderosos. En esta época el imperio Romano dominó casi todo el mundo conocido. Aunque los judíos conocían la historia de su pueblo y la manera maravillosa en que Dios los rescató de Egipto y les prometió enviarles
un Mesías para redimirles, hubo 400 años de silencio desde que habló el último profeta.
Entonces en sus vidas diarias, vivían como en pedazos, familias rotas, pobres, y sin esperanza.
Pero en medio de las dificultades, había gente comprometida con su Dios. Creyeron que Dios cumpliría sus promesas, “He aquí que yo hago una cosa nueva; pronto surgirá…Este es el pueblo que yo he formado para mí; ellos proclamarán mi alabanza.” (Isaías 43.19 y 21)
Las personas que confiaron en Dios entregaron las piezas de sus vidas en sus manos para que Él hiciera una cosa nueva, aún más valiosa y bonita que la vieja, igual a las cicatrices de oro del arte de Kintsugi. Con su fe, las dificultades cambiaron en la resiliencia, que es el valor de afrontar las adversidades con integridad y salir fortalecido de ellas.
Nadie puede decir que el año 2020 ha sido fácil. Todo el mundo sufrió perdidas de todo tipo, económicas, emocionales, incluso las vidas de personas queridas. Realmente lo que queremos es olvidar todas las dificultades y volver a la normalidad. Entonces el reto es: ¿tenemos el coraje para dejar al Artista Soberano reparar nuestras vidas rotas? Él ya tiene su propósito para cada persona planeado antes de la fundación del mundo. ¿Vamos a ver nuestras cicatrices brillar, y salir de las adversidades fortalecidos de ellas? Que Dios nos fortalezca para ser fieles.
Bonnie Cook
2 thoughts on “DÍA 2: EN TIEMPOS DE DIFICULTAD”
Genial la similitud del orfebre y Dios restaurador de vidas.
Me encantó que bendición.