Jesús, nombre sobre todo nombre
Piensa en un momento de tu vida en el que te hayas sentido muy triste. Ahora piensa un momento en el que hayas experimentado gozo.
Es muy fácil estar gozoso cuando las cosas van bien en la vida, lo difícil es mantener ese gozo cuando hay tristeza en nuestros corazones. El apóstol Pablo comparte en 2ª Corintios 7:4 que “sobreabundo de gozo en toda nuestra aflicción”. ¡Vaya lección!La tristeza es una prueba grande en nuestra vida, hace que estemos agotados, que perdamos el apetito por lo dulce, que se refleje en nuestra cara la emoción que estamos sintiendo e incluso la tristeza se demuestra con el lenguaje propio : las lágrimas.
Pero dice la palabra de Dios :
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Santiago 1:2-4).
Cuando el Espíritu Santo mora en nuestro corazón hay gozo: “El fruto del Espíritu es […] gozo” (Gálatas 5:22); “Vosotros recibisteis la palabra con gozo del Espíritu Santo, aun en medio de muchos sufrimientos” (1ªTes. 1:6)
“El reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Romanos 14:17)
Es lícito estar triste, es humano tener dificultades y pasar baches pero nuestro Dios nos da un regalo que debemos aprovechar, el gozo de la salvación. Que el gozo que Dios pone en nuestro corazón alumbre la tristeza y más personas se entreguen a Él.
Eunice Pastor