ALIVIA LAS CARGAS


“Por tanto, confesaos unos a otros vuestros pecados, y orad unos por otros de manera que seáis sanados. La ferviente oración el justo, obrando eficazmente, puede mucho” Santiago 5.16

Todos sabemos de la importancia de nuestra salud física y por eso tratamos de cuidar nuestra alimentación y otros hábitos que nos ayuden a estar bien. Pero nos detenemos poco a considerar nuestra salud emocional, y ésta también hay que cuidarla. Con toda seguridad, a lo largo de tu vida, alguien te ha ofendido o tú has ofendido a alguien. Las ofensas tienen un poder destructivo sobre nuestras emociones y pueden producir en nosotros un amplio abanico de efectos nocivos: enojo, ira, indiferencia, celos, raíces de amargura, etc.

Si vas al diccionario encontrarás que “ofensa” es la acción o efecto de ofender. Y cuando buscas “ofender” encuentras la siguiente definición: Humillar o herir el amor propio o la dignidad de alguien, o ponerlo en evidencia con palabras o hechos. Esta definición nos ayuda a ponerle cara a las ofensas que hemos proyectado o recibido. ¿Te han humillado o herido en tu amor propio a través de lo que alguien ha dicho sobre ti o a través de algo que te hayan hecho? ¿cómo te has sentido? ¿qué ha generado en ti? Las ofensas pueden herirnos en lo más hondo y causar un terrible dolor en nuestro ser.

En cambio, cuando alguien ha venido a nosotros para disculparse por esa ofensa que ha podido cometer, hemos sentido alivio. Y también hemos aliviado a otros cuando hemos tenido la valentía y la humildad de reconocer alguna ofensa que hemos cometido. Estas acciones son terapéuticas. Por eso en Santiago se nos dice, confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados.” (Stg. 5:16).

Cuidar nuestra salud emocional es cuidar de nuestra alma, y confesarnos mutuamente nuestras ofensas es una acción terapéutica de alto valor. En este sentido, ¿Tienes algo pendiente con alguien? Si es así, busca la manera de poner en marcha el consejo de la Palabra y alivia tu carga y la de otros.

Elías Nofuentes

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

logo