RECIBIR PARA DAR


“Al oírlo, Jesús dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos”  Mateo 9:12

Pensando en la tarea social que la iglesia lleva adelante y las necesidades que día a día surgen, vino a mi mente el pasaje de Juan en el que Jesús, tras haber hecho el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, vuelve a encontrarse con algunos de aquellos que se habían saciado el día anterior y que subidos en sus barcas fueron en su búsqueda. Jesús al verles les dijo: “De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.” Hemos de reconocer que todos nosotros somos un poco como aquellas gentes, acudimos en su día al Señor porque teníamos una necesidad, no necesariamente de alimento, pero sí de afecto, o tal vez de sentido y rumbo para nuestras vidas, o quizá porque necesitábamos salir de unas circunstancias que estaban haciendo de nuestra vida un total desastre. Sea cual fuere el motivo, partíamos de una necesidad personal.

La mujer samaritana que conversó con Jesús creyó que la necesidad la tenía él porque le pidió de beber; pero la respuesta de Jesús fue clara “si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.” Los ciegos tenían necesidad de visión; los paralíticos necesidad de andar; los leprosos, necesidad de sanidad para salir de su marginalidad; los ricos, necesidad de salir de la idolatría; los fariseos la necesidad de salir de una falsa religiosidad; y así podríamos seguir con un largo listado. Todos partimos de una necesidad que nos lleva a reconocer que necesitamos a Dios.

Pastor Elías Nofuentes

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