¿QUÉ REFLEJA EL ESPEJO?


Si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa del resplandor de su rostro, el cual desaparecería, 8¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del Espíritu? 9Si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación, 10porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente. 11Si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.
12Así que, teniendo tal esperanza, actuamos con mucha franqueza, 13y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de desaparecer. 14Pero el entendimiento de ellos se embotó, porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo sin descorrer, el cual por Cristo es quitado. 15Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. 16Pero cuando se conviertan al Señor, el velo será quitado. 17El Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 18Por tanto, nosotros todos, mirando con el rostro descubierto y reflejando como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor.
2ª Corintios 3:7-18

Un anciano hombre de negocios, le preguntó a una joven que apenas iniciaba su carrera en la empresa para la cual trabajaban: “¿Cuál es tu mayor problema?”

La joven se quedó pensando un momento en aquella simple pero profunda pregunta, a la cual ella contestó de la siguiente forma: “Cada mañana cuando me veo en el espejo, veo a mi mayor problema mirándome”.

Nuestra lectura devocional nos enseña que los creyentes deben ser como espejos.  El apóstol Pablo nos indicó, que nuestros rostros no deben estar tapados al mirarnos en un espejo; además, nadie instala un espejo y luego coloca una cortina para taparlo.  Un espejo que no puede reflejar lo que tiene en frente, no puede cumplir el propósito para el cual fue creado.

En 2 Corintios 3:18 dice que los creyentes miran “… a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor…”, al tener el privilegio de acercarnos al Señor a cara descubierta, “…somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen…” es decir, la imagen de Jesús.

El otro aspecto importante que debemos preguntarnos es: ¿Qué estamos reflejando en verdad?  El creyente debe reflejar la gloria de Dios, para ello debe hablar con Él cada día, estudiar su Palabra y compartir con otros las maravillas que descubre de Dios día a día.

  1. ¿Qué ve la gente cuando ve tu rostro? ¿A Jesús o a ti?
  2. Solo cuando profundizas en tu relación con Dios, puedes realmente reflejar a tu Señor.

Por tanto, todos nosotros, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. (2 Corintios 3:18).

Mi devocional

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