Devocional 4
Para adquirir sabiduría y disciplina; para discernir palabras de inteligencia (1:2).
Discernimiento. Otro aspecto de la sabiduría es el entendimiento (en hebreo binah). Se refiere a la habilidad de distinguir las diferencias y los matices donde otros solo ven un borrón. Kathy puede diferenciar pequeños detalles, pero importantes, que cambian en las actuaciones de bailarinas de ballet que Tim no puede percibir. Él, por el contrario, es capaz de observar diferencias sutiles en la calidad de una bola curva de las que ella no se percataría. Somos, por así decirlo, más sabios que el otro en los campos de la danza y el deporte.
No obstante, la sabiduría bíblica aporta discernimiento a la habilidad de experimentar la vida cotidiana en sí misma. Ser sabio consiste en reconocer las múltiples opciones y las posibles vías de acción donde otros solo pueden pensar en una o dos. La sabiduría discierne múltiples dimensiones en las motivaciones y en el carácter de las personas, en lugar de colocar a todo el mundo en la categoría binaria de “buenas personas” o “malas personas”. El discernimiento es, asimismo, la habilidad de reconocer la diferencia no solo entre lo que está bien o está mal, sino entre lo que es bueno, y lo que es mejor. Los cristianos descubren que a medida que el amor de Cristo crece en nuestros corazones, también lo hacen “en buen juicio” (Filipenses 1:9). Su amor sana nuestro ego absorto en nosotros mismos y nos permite percibir y ser sensibles con aquellos a nuestro alrededor.
¿Dónde te ha permitido Dios ver esas distinciones sutiles que antes no podías ver?
ORACIÓN
Señor, nuestro mundo parece dividido entre aquellas personas que ven todo blanco o negro y aquellas que ven todo de color gris. Libérame de ambos: tanto del legalismo, como del relativismo. Ninguno de los dos es sabio. Dame la humildad y el discernimiento necesarios para tener un corazón sabio. Amén.