«Él ama la justicia y el derecho; de la misericordia del Señor está llena la tierra.»
Salmos 33:5
Lee Salmos 33:1-11
Era un viernes como cualquier otro, un amigo y su sobrino habían venido a recoger un escritorio que yo ya no utilizaba, el cual se encontraba en el garaje que había en mi casa.
Luego de retirar algunas cosas que estaban en las gavetas y limpiarlo un poco, lo subieron a la parte de atrás de una camioneta que les había prestado el padre de mi amigo; finalmente se fueron y yo entré a mi casa. Minutos después escuché un gran estruendo que provenía del garaje. Al llegar pude ver que parte del techo se había derrumbado, e inmediatamente al ver todo aquel desastre pensé en las consecuencias si esto hubiera ocurrido unos minutos antes; es un hecho que mi amigo y su sobrino habrían sufrido grandes heridas o algo peor.
No fue una mera coincidencia o suerte que nadie saliera herido. Estoy seguro de que la mano protectora y misericordiosa de Dios actuó, y ello nos sirvió como un recordatorio de su bondad y gracia inmerecidas.
Siendo muy honestos, en muchas ocasiones todos nosotros deseamos ser objeto de su misericordia y poder. Pero es ahí donde nos equivocamos, ya que cada día somos favorecidos con miles de actos de misericordia y compasión por parte de nuestro amado Señor, tal como lo hizo con nosotros aquella tarde de viernes.
- En nuestra lectura devociones hemos leído que “…de la misericordia del Señor está llena la tierra” (Salmos 33:5). Señor por favor abre nuestros corazones y sentidos para que podamos reconocer los pequeños detalles que muestran tu amor y cuidado por nosotros.
- Dios siempre nos acompaña, puedes estar tranquilo al dejar que Él tome el control de tu vida.
Mi devocional