“Reunió a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar a los espíritus malignos y sanar toda enfermedad y toda dolencia” Mateo 10:1
Jesús nos da lo que necesitamos para participar en su Misión en el mundo.
Como vimos en sesiones anteriores, los discípulos de Jesús necesitan adoptar una actitud que los lleve a aprender de Él constantemente. También vimos que este proceso de aprendizaje sólo está completo y sólo se produce cuando está vinculado a la obediencia.
A lo mejor eres una “persona HUM” (siglas que se utilizan para: Hágalo Usted Mismo), es decir, tratas de hacer todos los arreglos en casa por tu cuenta, sin llamar a un experto. Sí es así, sabrás que, en muchas ocasiones, la diferencia entre un trabajo bien hecho y uno fallido, es disponer de las herramientas adecuadas que se necesitan para lograr el objetivo:
- Su Palabra, que nos instruye cada día, siendo el fundamento para comprender a Dios, el mundo y la historia.
- Su Iglesia, comunidad de hermanas y hermanos que trabajan juntos en el servicio a Dios, y donde nos capacitamos para ello.
- La Forma única que Él nos da con nuestros dones y talentos.
- Pero sobre todo el acceso a Él en todo momento.
Cuando leemos el versículo 8 de Mateo 10, vemos como Jesús les llama a hacer milagros, echar fuera demonios, etc. La única forma en la que los discípulos de Jesús fueron capaces de realizar estas proezas milagrosas fue porque el mismo Jesús les concedió poder y autoridad (Mateo 10.1).
Los discípulos de hoy también están llamados a conseguir metas extraordinarias: el avance del Reino de Dios por todo el mundo. POR ESO NO PODEMOS PERDER DE VISTA LA IMPORTANTE VERDAD DE QUE NUESTRO RECURSO MÁS IMPORTANTE PARA SEGUIR A JESÚS ES NUESTRO ACCESO AL MISMO JESÚS.
Pastor Elías Nofuentes