Devocional 8
“¿Hasta cuándo, muchachos inexpertos, seguiréis aferrados a vuestra inexperiencia? ¿Hasta cuándo, vosotros los insolentes, os complaceréis en vuestra insolencia? ¿Hasta cuándo, vosotros los necios, aborreceréis el conocimiento?” (1:22).
El insolente. En este versículo se mencionan tres tipos de necio. Los burladores (en hebreo letsim) demuestran que no es la capacidad mental, sino la actitud lo que determina si llegamos a ser sabios o necios. En la base de la personalidad del insolente hay un fuerte orgullo que odia someterse a cualquiera (21:24). Su estrategia es echar todo por tierra, actuar de manera engreída y astuta en el proceso. Los burladores, aunque son necios, a los ojos de la mayoría parecen ser sabios según el mundo y muy sofisticados.
Algunas cosas, por supuesto, merecen que se critiquen o incluso que se satiricen. Incluso Dios se mofa en alguna ocasión. Sin embargo, “cultivar la amistad de los insolentes” (Salmo 1:1) es convertir el cinismo y la ironía en tu respuesta habitual. “Si uno ve a través de todas las cosas, todo es transparente”. Vivimos en una época posmoderna que fomenta la deconstrucción y en la era de internet, que facilita la burla y la mofa, y dificulta el discurso razonado. Por tanto, debemos resistir la enorme presión cultural de volvernos insolentes. Contrasta esto con Jesús: “No disputará ni gritará… No acabará de romper la caña quebrada ni apagará la mecha que apenas arde, hasta que haga triunfar la justicia” (Mateo 12:19-20).
¿Cuándo te has sentido tentado a exasperarte y rechazar a alguien en lugar de relacionarte con él?
ORACIÓN
Señor, ayúdame a evitar los atajos del mundo para parecer sabio: el aire cínico, el chiste que solo entiende uno mismo, los suspiros y la tristeza fingida frente a lo estúpido que es todo el mundo. No dejes que desprecie a nadie y ayúdame a respetar a todos, incluso si les estoy corrigiendo. Amén.