ESTAD EN PAZ (IV)


“Por nada estéis afanosos; más bien, presentad vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús”

(Filipenses 4:6)

Puede que no sientas orgullo de tu pasado, y está bien. Sin embargo, ahora puedes seguir hacia el presente sin cargas porque Jesucristo nos hace libre, perdona nuestros errores, todos nuestros errores, no importa cuán grandes nos parezcan estos. 

Cuando confiamos en él, en nuestro corazón comienza un proceso de transformación. Comenzamos a ver la vida desde otra perspectiva, desde la perspectiva de Jesús. Cristo nos da una nueva identidad en la que estamos seguros, porque ahora nuestra confianza es él. Ahora ya, no nos enfrentamos solos a los conflictos que nos presenta la vida, él está a nuestro lado en medio de cada conflicto, de cada batalla, de cada tormenta; y no sé cómo explicártelo, pero la paz que experimentas en medio de estas dificultades es maravillosa. Es una paz, como dice la Biblia, que sobrepasa todo entendimiento.

La paz de Dios es real. No hay nada más poderoso que experimentar la paz que nos da Jesús. Es una paz activa y dinámica, por eso estamos llamados a trasmitir este mensaje de gracia y paz al mundo. Si queremos vivir en un mundo mejor, si queremos que nuestros hijos y nietos vivan en un mundo menos violento, menos egoísta, menos doloroso, debemos vivir esta paz en medio de este mundo convulso. Debemos ser como bálsamo para aquellos que viven en conflicto, inspirando y trasmitiendo este tesoro que pertenece al reino de Dios. El reino que Jesús trajo a esta tierra, para que podamos disfrutar del milagro maravilloso que es la vida, amándonos y viviendo en paz los unos con los otros.

REFLEXIÓN:

– ¿Cuántas cargas, heridas, daño profundo arrastras de tu pasado? ¿Cuántas cargas, heridas y daño has provocado tú? Es el momento de ponerlo a los pies de la Cruz. Recibe el perdón y la sanidad de Cristo, y vive esa paz que no se puede entender.  

Elvira Jardines

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

logo