El propósito de Dios


Así como somos como el primer Adán, así seremos como el postrer Adán (1 Corintios 15:45–49)

Una planta es más espectacular que la semilla que la originó. Asimismo, nuestro cuerpo celestial será más mucho más espectacular que el cuerpo terrenal que quedará en el sepulcro.

Nuestra salvación no es completa hasta que alcancemos la glorificación en la que nuestro cuerpo se transformará. Jesús murió para redimir nuestra alma, así como nuestro cuerpo (1 Ts 5:23). En la tierra estamos vinculados con el primer Adán. Pero en la resurrección, seremos como, para siempre, con el postrer Adán, Jesucristo.

Necesitamos un cuerpo nuevo para heredar un reino nuevo (1 Corintios 15:50)

Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción (1 Corintios 15:50)

¡Imagínate tratar de vivir para siempre en el cuerpo que tenemos ahora! Al pasar los años, las arrugas aumentan y la rigidez de los músculos empeora; la energía, la memoria y la salud disminuyen. ¡Así que vivir para siempre en el cuerpo que tenemos ahora no sería el cielo! Pero Dios ha diseñado un nuevo cuerpo para nosotros, que concuerda con la santidad, la felicidad y la eternidad del cielo. ¡Entonces nunca envejeceremos ni nunca nos cansaremos! Viviremos en un cuerpo espiritualpara siempre.

Antonio Calero

One thought on “El propósito de Dios

  1. Muy buena reflexión, sobre todo en estos tiempos en que se promueve tanto la ^eterna juventud^y el hedonismo!
    Gracias X recordarnos preciosa promesa!

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