“Dios mío, ¿por qué te quedas tan lejos? ¿Por qué te escondes de mí cuando más te necesito?” Salmos 10:1 (TLA)
Golpeamos las paredes a veces en nuestra relación con Dios. Esto es simplemente una parte del paquete. Incluso David, al que el Señor llama “un hombre conforme al corazón de Dios.” tenía momentos en los que Dios parecía muy distante. David una vez oró a Dios, “Dios mío ¿Por qué te quedas tan lejos? ¿Por qué te escondes de mí cuando más te necesito?” Salmos 10:1 (TLA)
Ayer, comencé a compartir acerca de los cuatro grandes problemas, que tienden a apartarnos de nuestro tiempo a solas con Dios. Empecé con el problema de la disciplina. Hoy, vamos a examinar el problema de los periodos de sequía. Llamo a esto ¡”La batalla de los bajones”!
Simplemente no podemos juzgar nuestros tiempos a solas con Dios por las emociones. ¿Por qué? Porque las emociones mienten. Los sentimientos vienen y van. Algunos días parecerá que el cielo está abierto para ti y tienes un gran tiempo con Dios. Entonces hay otros días que tu tiempo a solas con Dios parecerá ordinario e insípido. No esperes tener experiencias grandes y gloriosas cada mañana. La cuestión es la constancia.
Sin embargo, si estás teniendo un largo periodo de sequía en tu momento a solas con Dios, podrías ver cualquiera de estos como posibles causas:
- Pecado sin confesar: Dios no te va a mostrar nada nuevo, hasta que hagas lo que Él ya te ha mostrado.
- Tu condición física: Si estás cansado o estresado, puede ser difícil tener un tiempo a solas con Dios, renovado.
- Tratar de hacer demasiado a la carrera: Eliges trozos de las Escrituras que son demasiado grandes, y te apuras en tu tiempo a solas con Dios. Tú nunca quieres ponerte en una situación en la que tengas que apresurar a Dios.
- Estar en una Rutina: Si cada vez haces lo mismo, tu tiempo a solas se convertirá legalista. Experimenta con algunas ideas frescas. Renueva tú tiempo a solas con Dios.
- No compartir tus Ideas con otros: Si no pones en práctica lo que Dios te enseña, tu vida espiritual está obligada a ponerse añeja.
La sequedad espiritual puede ser común, pero no tiene que ser incurable. Pregúntale a Dios de donde viene tu sequedad y déjale ayudarte a cambiar las cosas.
Reflexiona:
- ¿Cómo puedes prepararte mejor para tu tiempo a solas con Dios, para que no estés cansado o estresado, cuando estés tratando de concentrarte en la Palabra de Dios?
- ¿Cuáles son algunos de los métodos o ideas que has aprendido en las últimas semanas con estos devocionales, que puedan ayudarte a renovar las cosas en tu tiempo a solas con Dios?
Campaña 40DELP Iglesia de Saddleback
Autor: Iglesia Metodista El Mesías