Jesús, nombre sobre todo nombre
«Como pasaron muchos días sin que aparecieran ni el sol ni las estrellas, y la tempestad seguía arreciando, perdimos al fin toda esperanza de salvarnos…
Pero ahora os exhorto a cobrar ánimo, porque ninguno de vosotros perderá la vida; solo se perderá el barco.»
Hechos 27:20, 22 NVI
La esperanza es una de esas palabras que señalan a algo intangible, que ni se puede tocar ni percibir de manera clara y precisa. La esperanza es un estado del alma. Dos personas ante una misma situación pueden actuar de manera totalmente distinta en función a la esperanza que alberguen en su interior. Esto es lo que ocurrió en noviembre de 2012, cuando dos pescadores sufrieron la rotura del motor y quedaron a la deriva. Uno de ellos perdió toda esperanza y a los días murió, sin embargo, Salvador Alvarenga, protagonista y autor del libro que lleva su propio nombre y donde describe su periplo, permaneció 438 días surcando las aguas, sufriendo hambre, frío, calor, soledad, y tormentas; no perdió la fe y salió vivo para contarlo.
El propio apóstol Pablo sufrió una situación en la cual, abordo de otro barco, también se vieron con alto riesgo de perder sus vidas. Sin poder ver el sol ni las estrellas por tres días y sufrir una terrible tormenta, la tripulación perdió toda esperanza. Sin embargo Pablo les animó a que no se dieran por vencidos, y les aseguró que saldrían vivos de aquello.
Nuestro acervo popular dice que la esperanza es lo último que se pierde. Así debiera ser, pero en muchas ocasiones, ante la primera adversidad es lo primero que perdemos. Quizá la clave esté en la base sobre la que depositamos nuestra esperanza. Hoy muchos han perdido la esperanza porque la pusieron en algo frágil. Pablo tenía su confianza puesta en Dios, y Dios no es frágil ni algo incierto. Dios es alguien confiable 100%
En estos días de Adviento en el que nos preparamos para la celebración de la Navidad y donde andamos tan faltos de esperanza, te invito a poner tu mirada en Jesús, en Él se puede confiar plenamente. Si confías en Él, tu vida cobrará la esperanza que te hará reaccionar en los momentos más duros y difíciles, como le ocurrió a Salvador Alvarenga, él habla de cómo su fe en Dios le mantuvo firme en los momentos en los que otros habrían tirado la toalla.
Elías Nofuentes